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domingo, 9 de noviembre de 2008

Etapa 3 · Elizondo - Casa Pablo - 30 jun 07

Dejamos atrás Elizondo
                        
   Cabras de Ermitegui
                                           
Nos encontramos con Oscar, un muchacho de Barcelona muy nervioso que continuamente nos decía que su tienda condensaba mucho. Nos preguntó por nuestra tienda. Jesús decía que le ponía nervioso. Le encontramos en unas casas donde había una fuente. Allí comimos algo.


                            Bosque de las hayas

 
Interminable recorrido por las “palomeras” lugar desde donde los cazadores esperan el paso de las aves para dispararlas. Las señales se pierden una vez más en un terreno de hierba confundido por muchos caminos que hace el ganado suelto –vimos caballos y ovejas-

                                         Otros habitantes


                                        Camino de las palomeras


                                                    Interminables palomeras


                                                                  Colores

 Era necesario pararse y reconstruirnos mentalmente el itinerario, los siguientes pasos. 
 Íbamos bien pero no teníamos la certeza. Se deja a la derecha una divisoria de cumbres aunque yo creo que hubiese sido más acertado seguir por la misma divisoria y bajar directamente al puerto de Urkiaga.


 En esto nos encontramos con una valla metálica y una pareja de paseantes. Nos saludamos y preguntamos: ¿ Y esto que es ¿ - Navarra, nos dice-, ¿ Y eso, pasada la valla ¿. Él, contesta: “Navarra también” contesta muy digno. Francia queda más abajo. Estamos en el Quinto Real.  
 Nos dicen que sigamos la pista y acabaremos en el puerto de Urkiaga. Ahora veo que un camino baja directo al puerto siguiendo la divisoria.
 En el puerto estamos sin agua. Hay coches, gente que lo utiliza como punto de partida y allí llegan también los navarros que encontramos arriba, en las palomeras.  
 Una mujer que se está quitando las botas nos dice que puede bajarnos por la carretera a una fuente pero luego, claro, hay que subir andando. En el puerto hay una cabaña que tiene agua acumulada de la lluvia, abres el grifo y sale agua. Pero no nos fiamos y acampar allí nos parece que no es lo más aconsejable. Tenemos tiempo para acercarnos a Casa Pablo.  
 Un acierto.La chica que lo lleva, Elena, nos trata muy bien. Acaba de coger la concesión y se tirará allí todo el verano. Cervezas, buena cena y buen desayuno. Nos encontramos con dos chicos alemanes.

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